Tengo un alumno, Pedro, mi archienemigo 😉 que cada vez que propongo una idea en clase se echa las manos a la cabeza, se pone a resoplar y mira a todos los demás buscando compañeros de infortunio. Por suerte lo único que encuentra son caras de felicidad y aunque pueda parecer los contrario sé que a Pedro también le encantan mis ideas, aunque sabe que van a tener que trabajar de lo lindo. ¿Sabes qué es lo que se me ha ocurrido ahora?
ABP (II): La entrevista
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